September 2019
Mobilizing our Assets for Mission

Un espíritu audaz de abundancia

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Un espíritu de escasez puede desmoronar una parroquia, mientras que un espíritu de abundancia la puede edificar.

En 2013, la Iglesia Holy Communion había perdido la tercera parte de sus feligreses, a lo largo de un período de diez años, y las promesas de donativos se habían reducido en más de un quince por ciento en un plazo de cinco años. La historia narrada a menudo sobre la decadencia de iglesias parecía estar escribiéndose a sí misma nuevamente en Memphis, Tennessee.

En esa época difícil, buscamos inspiración en la historia del Antiguo Testamento sobre la peregrinación de los israelitas por el desierto, especialmente en su finalización. En Josué, cuando había llegado el momento de entrar a la Tierra Prometida, Dios no partió las aguas del río Jordán hasta que los líderes de la comunidad entraron en el río. Los israelitas necesitaban tener la valentía de hacer su parte antes de que Dios hiciera su parte. Nos sentimos inspirados a hacer lo mismo

Nuestro primer paso en el Jordán fue establecer el Fondo Audacity: aproximadamente $7,500 extraídos de nuestras reservas de efectivo que pusimos a disposición para apoyar proyectos especiales. Cuando a alguien se le ocurriera una nueva idea que pudiera impulsar la iglesia, el Fondo Audacity proporcionaría el dinero. Había dos reglas: el fondo no proporcionaría dinero para nada que hubiéramos hecho anteriormente y todos los proyectos del Fondo Audacity tenían que ser lo más grandes y audaces que pudiéramos manejar.

Nuestro primer proyecto del Fondo Audacity fue un concierto comunitario. Memphis es una ciudad de música y la iglesia Holy Communion tiene un gran jardín frente a una calle principal. Alquilamos una tienda, hicimos un letrero y pusimos una cerca temporal para evitar que los niños salieran a la calle. El Proyecto Sloan River (en ese entonces la banda de Kanuga y del Evento de Jóvenes Episcopales) nos incluyó en su gira ese año, y el pianista Benton Stokes vino de Nashville para ser el acto de apertura. Camiones de comida locales vinieron a vender comida para la cena, proporcionando una fuente de publicidad gratuita dentro de sus redes. Aparte del tiempo lluvioso, fue una noche perfecta.

El concierto sobre el césped nos recordó que podíamos encarar grandes proyectos con menores costos que los esperados. Cuando terminó el concierto, aunque al Fondo Audacity le había quedado dinero, los feligreses comenzaron a enviar donaciones no solicitadas para reabastecerlo. Todos querían saber qué sería lo próximo que haríamos.

Un año después, el Fondo Audacity organizó un festival de tres artes sagradas. La idea inicial era revivir un festival de un coro diocesano que ya no existía, pero la expandimos al encargar un nuevo himno parroquial. El profesor de música Bill Roberts, del Seminario Teológico de Virginia, escribió la partitura, la escritora de himnos luteranos Susan Cherwien proporcionó el texto, y el artista episcopal Mel Ahlborn creó una hermosa ilustración de la primera estrofa. Los tres artistas vinieron a Memphis para el festival y pasaron el fin de semana enseñando sus destrezas a gente de nuestra parroquia, nuestro vecindario y nuestra diócesis.

Poco a poco, proyecto por proyecto, lo imposible empezó a parecer posible. Las aguas comenzaron a partirse y vislumbramos la Tierra Prometida.

Nuestro tercer proyecto del Fondo Audacity fue un proyecto ministerial con algunos de nuestros socios urbanos en el que la frase clave era “ministerio con” en lugar de “ministerio para”. Les preguntamos a nuestros amigos del Centro Emmanuel, un centro de desarrollo juvenil episcopal en el núcleo urbano de Memphis, qué tipo de proyectos necesitaban que se realizaran y reclutamos voluntarios de ambas comunidades para llevarlos a cabo, empleando a comerciantes del vecindario para que realizaran los trabajos especializados. ¡La teóloga Kathy Grieb vino del Seminario Teológico de Virginia para ofrecer reflexiones teológicas y a ayudarnos a pintar! Todos los equipos de trabajo tenían gente de Holy Communion y del Centro Emmanuel. Comenzamos con una comida compartida en Holy Communion el viernes por la noche y concluimos con servicios de adoración compartidos en el Centro Emmanuel el domingo por la mañana. Se hizo un buen trabajo y se forjaron buenas amistades.

Después de completar tres proyectos importantes en ese mismo número de años, el Fondo Audacity fue desapareciendo paulatinamente. Había hecho su trabajo y nos recordó lo que podíamos hacer si nos concentrábamos en lo que teníamos y podíamos hacer, en lugar de en lo que no teníamos y no podíamos hacer.

A medida que el espíritu de abundancia crecía en la Iglesia Holy Communion, las donaciones de mayordomía también comenzaron a crecer. Utilizamos nuestros primeros dólares nuevos para hacer inversiones visibles en nuestras instalaciones. Reemplazamos el papel de la pared que se estaba despegando y quitamos las alfombras manchadas. Movimos los grandes retratos de antiguos rectores fuera de nuestra entrada e instalamos marcos de acrílico con fotografías coloridas de eventos parroquiales recientes. En pocos años, el edificio de la iglesia comenzó a transmitir la nueva energía y las esperanzas de la feligresía.

Desde 2013, la vitalidad de la Iglesia de Holy Communion aumentó exponencialmente. La asistencia a nuestra iglesia aumentó, al igual que nuestro presupuesto de mayordomía, en un 34.5 por ciento sostenido. Acabamos de terminar una importante campaña de capital y dentro de poco nuestras instalaciones estarán completamente restauradas. Retomar el espíritu de abundancia de Cristo dio nueva vida a Holy Communion y estamos ansiosos por descubrir qué serán las próximas cosas audaces que Dios nos pedirá que realicemos.

La primera estrofa de nuestro himno parroquial capta el espíritu actual de nuestra comunidad:

Este, el oro de todas nuestras esperanzas:
Dios está haciendo todo nuevo.
Que Aleluya sea nuestro compás;
Que los Aleluyas marquen nuestros días;
Que todo aliento, toda obra, todo placer,
Cante nuestras más sinceras alabanzas a Dios.

El Reverendo Sandy Webb ha sido rector de la Iglesia Holy Communion y fideicomisario de la escuela episcopal St. Mary's en Memphis, Tennessee, desde 2013. Anteriormente fue rector adjunto de la Iglesia Episcopal St. John en Roanoke, Virginia, y capellán de Roanoke Fire-EMS. Durante quince años fue planificador de adoración de la Convención General de la Iglesia Episcopal.

Recursos:

This article is part of the September 2019 Vestry Papers issue on Mobilizing our Assets for Mission